La famosa banda de precios que se estableció en Colombia para los combustibles, de manera que no debían sobrepasar el 3% para la gasolina y el 2,8% para el diésel, ahora les pasará factura a los colombianos. Expertos advierten que los incrementos tendrán que ser graduales, pues por cada $1.000 más en ese producto, la inflación sube entre 45 y 65 puntos básicos.
En todos estos años, estos productos estuvieron subsidiados, por lo tanto, si subía el precio internacional del petróleo, en el país no aumentaban los precios al consumidor. El presidente de Fendipetróleo, Juan Carlos Vélez, dijo “si se llega a eliminar el FEPC, la gasolina y el diésel quedarían en un promedio de 17.000 pesos”. La última palabra la tiene el equipo de la actual administración. El problema es que se trata de una encrucijada, pues el incremento en el precio de ese producto podría arrastrar todo a su paso, ejerciendo presiones inflacionarias mayores a las que ya tenemos.
La decisión definitiva de cómo será el incremento en el precio para cubrir el déficit, la dará a conocer el Gobierno en el transcurso de la semana, pues arrancar desde 9.234 pesos en promedio, como está ahora,por esta razón, tendrá que hacerse de manera escalonada, pues el precio de la gasolina presiona todos los demás gastos para las familias.
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