En el Pacto Histórico parece haber desespero por no poder cumplir con el objetivo de ganar en primera vuelta. Contrario a los demás candidatos, que tienen como principal objetivo pasar a segunda vuelta, en el Pacto Histórico la consigna es ganar en primera. Saben que si la elección no se define el 29 de mayo pondrán en peligro su llegada a la Casa de Nariño, pues el sentimiento anti-Petro se les podría venir en contra en una segunda vuelta, sea quien sea su contendor.
En el petrismo hay temor debido a que algunos analistas consideran que el candidato no tiene mucho espacio para crecer y sus acciones cada vez parecen alejarlo más de su misión de captar votos. Hace pocas semanas, Gustavo Bolívar, hombre del primer anillo del candidato y cabeza de la lista de senadores del Pacto Histórico, envió un mensaje desesperado a sus amigos. “Vayan por los abstencionistas y por los que todavía no están convencidos de Petro”.
Petro es hoy, a juzgar por las encuestas, un opcionado para llegar a la Casa de Nariño y su narrativa de acabar con el continuismo ha calado en un sector de la población. Pero el antipetrismo también es muy grande y ya le costó en 2018.
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