Desde ayer se vive una jornada histórica en Colombia, miles de ciudadanos salieron a marchar en modo de protesta por el Gobierno actual. Al final del jueves, el Presidente de la República, Iván Duque, se dirigió a los colombianos mediante una alocución presidencial, pero sus palabras despertaron críticas por parte de varios sectores.
Si se habla de los detonantes del paro nacional del 21 de noviembre, el cual continúa, la mayoría fueron de corte económicos. Sin embargo, las razones sociales hicieron que miles de colombianos se unieran a las manifestaciones: el asesinato de líderes sociales, indígenas y excombatiente de las Farc: la desigualdad y el último caso del bombardeo al campamento de las disidencias de las Farc, en el cual murió más de una decena de menores de edad.
El paro se manifestó a lo largo y ancho de las principales ciudades del país, con marchas que en su mayoría fueron pacíficas, pero que se opacaron por el accionar de vándalos. Basta con ver los sucesos de Cali, en los que ladrones y vándalos aprovecharon la coyuntura para ingresar a los conjuntos residenciales con el fin de saquear las casas, provocando enfrentamientos, incluso armados con los residentes.
Empero, nada generó más revuelo que las declaraciones del Presidente Iván Duque, esperadas por todos los ciudadanos que salieron a marchar, y los que no. Su alocución giró en torno al rechazo de los actos vandálicos. ‘’Demostramos que en este país se pueden ejercer las libertades individuales sin vulnerar los derechos de los demás’’, ‘’algunos actos fueron vandalismo puro por algunos que sustentan sus acciones en el odio que sienten’’, ‘’no permitiremos saqueos y aplicaremos todo el peso de la ley’’ y ‘’ni el crimen ni la violencia tienen espacio en nuestra sociedad’’, expresó el mandatario.
El pueblo colombiano se está manifestando y esperaba una alocución en la que se vieran soluciones. Soluciones que, a lo mejor, el Presidente y su gabinete aún están pensando.
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